¿Puede la diferencia física complicar a Makhachev en los 77 kg?
Tras conquistar el título wélter, Islam Makhachev enfrenta un desafío muy distinto al que tenía en los 70 kg: la diferencia física. La mayoría de los contendientes naturales de la categoría presentan mayor altura y, sobre todo, mayor envergadura, un factor que puede influir directamente en el estilo metódico del daguestano.En comparación con rivales que rondan entre los 1,83 y 1,91 m de altura, Makhachev (1,78 m) es uno de los más bajos de la división. Pero el punto más crítico está en los brazos: mientras él posee 1,79 m de envergadura, otros peleadores del top —como Kevin Holland (2,01 m), Usman (1,93 m) o el propio Shavkat Rakhmonov (1,96 m)— lo superan con márgenes que pueden cambiar por completo el desarrollo de un combate.
¿Por qué esto puede complicarlo?
1. Alcance en el striking:
Los rivales con brazos más largos pueden mantenerlo a distancia, obligándolo a trabajar más para cerrar la brecha y exponiéndose a golpes en el trayecto.
2. Defensa de derribos más difícil:
Peleadores altos usan la longitud de piernas y brazos para crear frames, empujar la cabeza y bloquear entradas, volviendo más predecible el wrestling de Makhachev.
3. Clinch menos dominante:
En divisiones más pesadas, los oponentes suelen tener torsos más largos y estructuras más anchas, complicando el control habitual que Makhachev ejerce contra la jaula.
4. Intercambios prolongados:
La potencia natural de los wélter aumenta, y cerrar distancia repetidamente puede obligarlo a asumir más riesgo del acostumbrado.
¿Alcanza su técnica para compensarlo?
Probablemente sí. Makhachev tiene una de las combinaciones más peligrosas del deporte: timing perfecto, grappling de élite y un IQ de pelea excepcional. Sin embargo, en 77 kg no podrá cometer los pequeños errores que en el peso ligero jamás pagaba. Los desafíos ahora son diferentes, y cada defensa del cinturón implicará superar un desajuste físico real, especialmente ante contendientes largos, letales a distancia y difíciles de derribar.




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